Números: Hacia la Tierra Prometida
El libro de los Números revela que Dios es soberano sobre el camino de Su pueblo, completamente digno de confianza y obediencia.
Dios condujo a Su pueblo fuera de la esclavitud y hacia la tierra prometida por «el camino del desierto». En su viaje, los israelitas llegaron a conocer el desierto como un lugar de enseñanza, de prueba, de ensayo y de formación; un lugar donde aprendieron de la compasión de Dios hacia sus debilidades y de la severidad de Dios hacia su rebelión. En el desierto, el pueblo de Dios se enfrentó una y otra vez a la disyuntiva de confiar y obedecer o de dudar y desafiar al Dios que los había liberado de la esclavitud.
En la primera parte de este estudio de Números, vimos que cuando el pueblo elegía confiar y obedecer, su viaje progresaba; cuando elegía dudar y desafiar, su camino se estancaba. A medida que nos adentramos en nuestro estudio de Números, Dios conduce fielmente a los israelitas a través del desierto hacia la tierra prometida. Dios persiste en Sus promesas a la siguiente generación y sigue salvando a Su pueblo de los peligros del viaje.
Más que una simple historia, el viaje de los israelitas brinda una enseñanza inestimable a los creyentes de hoy. En su discurso a la Iglesia primitiva, el apóstol Pablo se refirió específicamente a los acontecimientos de Números cuando escribió:
Todo esto les sucedió como ejemplo, y quedó escrito como advertencia para nosotros, los que vivimos en los últimos tiempos. 1 Corintios 10:11
Así como a los israelitas, Dios también nos conduce hacia el lugar de Su promesa, a través de un lugar de enseñanza, de prueba, de ensayo y de formación. Como ellos, también nosotros nos enfrentamos repetidamente a la elección de confiar y obedecer o de dudar y desafiar al Señor. Y al igual que con ellos, Dios persiste en Sus promesas, soberano sobre nuestro camino y capaz de salvarnos por completo de los peligros del viaje.
Miremos juntos la historia de Números, permitiendo que la fe de los israelitas nos anime y que sus fracasos nos corrijan, mientras nosotros también seguimos con fidelidad a Dios hasta el lugar de Su promesa.
Este estudio detallado de nueve semanas se puede usar individualmente o con grupos de estudio pequeños o grandes.